martes, 12 de junio de 2012

COMARCA DE LA JACETANIA (HUESCA)




Son las 7 de la mañana, nos ponemos en marcha para visitar la comarca de La Jacetania en Huesca.
En esta ocasión, me acompaña Francho, aprovechando que  dispone de tiempo ya que se encuentra en el paro y sin trabajo, lo cual me viene bién para poder pasar  la jornada juntos y poder disfrutar de la compañía de mi hijo.
Sobre las nueve de la mañana llegamos a la localidad de Aisa, muy cerca de Jaca, y tras un breve almuerzo con el correspondiente bocadillo de tortilla, nos disponemos a visitar esta hermosa población y sus alrededores.
 Antes de comenzar la visita por las calles del pueblo, nos fotografiamos junto al cartel que indica la entrada al pueblo, para que queda constancia de nuestra presencia y de paso hacemos publicidad de ese magnífico restaurante.






La iglesia actual, construida en sillarejo, es del siglo XVIII aunque en su exterior conserva un testimonio de una construcción precedente: un pequeño muro en el ala Sur con un contrafuerte adosado. Presenta planta de cruz latina con una única nave, capillas entre los contrafuertes y crucero no acusado al exterior con testero recto y coro alto a los pies. En el lado Sur, junto a la cabecera, se adosa la sacristía y sobre ella se alza la torre campanario. El crucero se cubre con cimborrio octogonal. En la parte meridional, en la zona de los pies, se abre una portada de pequeñas dimensiones cobijada por un pequeño pórtico.
Lamentablemente, nos es imposible visitar su interior, ya que en ese momento permanece cerrada como ya es habitual el mayoría de las Iglesias, por motivos de seguridad. Otra vez, será.


Paseamos por sus calles, donde se puede admirar la belleza de sus casas, su construcción de tradición popular, de piedra con sus tejados de pizarra, y una de las características más populares que son sus típicas chimeneas (chamineras en aragonés), culminadas por el típico espantabrujas. Tras visitar sus calles, nos acercamos al cauce del río donde se puede ver un antiguo molino , actualmente en ruinas. Destacar también, como en el resto de los pueblos del Pirineo Aragonés, la amabilidad de sus gentes. Nadie pasa por tu lado sin desearte buenos días.